domingo, 26 de julio de 2015

Los Micropicores ¿Que dicen de ti?

El lenguaje corporal, no muchas veces, sino todas las veces habla más fuerte que mil palabras. Es una de las formas de comunicación más eficaces y más contundentes que hay. El sistema físico (cuerpo), el sistema mental y el sistema emocional están estrechamente unidos y se afectan continuamente. Si el sistema emocional está triste, el sistema mental lo piensa y el sistema físico lo demuestra. Lo demuestra al mundo exterior a través del cuerpo, su postura y su actitud. Casi siempre los ojos pierden un poco de brillo, hay poca energía, poco movimiento y seguramente el cuerpo estará levemente inclinado hacia la derecha y la vista igualmente hacia abajo a la derecha. Esta es la lectura de alguien que está pasando por un momento triste o por una depresión. Es fácil de detectarla.

Los Micropicores
Lo mismo ocurre con los micropicores, constituyen la expresión de pensamientos que son globalmente de la misma naturaleza, porque todos están relacionados con el deseo de protegerse frente al interlocutor.

Estos micropicores (micro, porque solo duran un corto lapso de tiempo y no producen marcas visibles) son característicos de ciertos temores emocionales. Se trata de la manifestación física de una vigilancia emocional y constituyen las respuestas a la necesidad mal identificada de protegerse. El cerebro prepara a los músculos para que reaccionen. Los gestos que siguen son signos claros de que se ha levantado una barrera mental. Las personas mas intuitivas lo perciben muy bien, incluso aunque no sepan nada de comunicación no verbal ni de sinergologia.

El exterior del brazo pica. Desde el cortex insular al nervio axilar y al nervio radial, el mensaje paradójico produce micropicor. Este micropicor permite tanto dominarse psicologicamente a través del movimiento como preparar una respuesta refleja. En un movimiento breve podemos situar el brazo como si no pasara nada, señalando una protección entre nosotros y nuestro interlocutor. De hecho, todo esto es realmente inconsciente, pero el exterior del brazo "pica" sin otra razón aparente y continuamos en el intercambio comunicativo mientras nos rascamos el brazo. Este micropicor durará posiblemente menos de cinco segundos y no dejará huellas en el cuerpo


Cuando el antebrazo, gracias a los micropicores, sirve de barra protectora, como si se tratara de defenderse de un golpe, la situación es menos afectiva que cuando se trata del brazo. Lo sentimos de forma intuitiva, nos implicamos menos cuando tocamos a una persona con el antebrazo que si la abrazamos.

Si no me gusta escuchar lo que oigo pero tengo que disimular, me llevaré el dedo al oído porque me pica. Me gustaría taparme las orejas pero no puedo. En otros casos tengo que refrenar un impulso o me cuesta entender unos argumentos. Los micropicores aparecen con mucha frecuencia en el rostro pero también en otras partes del cuerpo como la pantorrilla, el tobillo, el muslo o el tronco.

Los micropicores son señales de lo que no dices: 

Cuando mas grande es tu implicacion el micropicor se acerca mas a la nariz ya que la base de la nariz esta relacionada con la mentira.

Rascarse a axila o la mano podria ser idicador de inseguridad, pensar "no puedo hacer nada,lo siento mucho"

Rascarse debajo de la nariz podria ser indicador de "creo que me estas mintiendo o yo te estoy mintiendo"

Micropicor en la cara interna de la rodilla: "tengo muchas ganas de hacerlo pero no me atrevo

Micropicor relacionados con la ansiedad: Rascarse el cuello

Rascarse la cabeza: no se qque pensar

El vientre esta relacionado con el reconocimiento de uno mismo, por eso.

Rascarse el abdomen: Hazme caso, siento que no me escuchas

Rascarse el hombro, el glúteo o la pierna es que se quiere marchar

Los MicropicoresRascarse el lóbulo de la oreja o de la nariz: lo que dices me molesta

Cuando no quieres ver la realidad te rascas el ojo.

Micropicor que delatan agresividad: rascarse la base del cuello

Rascarse hacia afuera la frente: estas buscando una solución

viernes, 24 de julio de 2015

Lo que el psicólogo piensa y no te dice

Una persona que va a terapia hace un gran esfuerzo por mejorar. Se enfrenta a sus miedos, a pensamientos negativos y sentimientos que no son agradables. Pone sobre la mesa cosas íntimas de sí mismo y esa persona que está enfrente pregunta, enfrenta a cosas que no son fáciles de ver y que asustan. El paciente muchas veces se pregunta qué estará pensando el psicólogo y no dice. Aquí hay algunas de esas cosas y sus motivos para no expresarlas. El psicólogo también es humano, pero antepone el proceso terapéutico intentando ser una ayuda.
Lo que el psicologo piensa y no te dice


“Por favor, no preguntes siempre ¿Por qué?”




Mucha gente va a terapia queriendo saber por qué son de la forma que son. Es importante entender las razones por las que hacemos lo que hacemos, pero a menudo, este porqué no es suficiente para sobreponerse, y hay veces que no es ni siquiera necesario. Por ejemplo, si una persona tiene fobia a los ascensores, entender cómo se desarrolló ese miedo puede ser interesante, pero probablemente no ayude a resolver el problema. Conocer el “porqué” por sí mismo no hará que alguien con ese miedo suba en el ascensor. Las explicaciones a uno mismo no hacen que se cambien los hábitos ya instaurados. El esfuerzo que hay que hacer para cambiar ese patrón es mucho más costoso y el psicólogo, así como los pacientes que han pasado por ello, lo saben.


“Definitivamente, deberías hacer eso”


Un consejo directo sería lo peor para el paciente. Mucha gente va al psicólogo buscando una respuesta rápida como “¡Sí! Deberías dejar el trabajo” o “¡No! Claramente no deberías dejarlo”. Sin embargo, el terapeuta no quiere dar una respuesta de este tipo. Esto es por lo siguiente: el psicólogo sabe que no tiene toda la información, así que dar una solución directa puede ser lo peor para el paciente. En lugar de eso lo que hace es guiar a los pacientes hacia su propia soluciónhaciendo preguntas y asistiéndoles a lo largo de la toma de decisiones, ayudando a identificar que le está manteniendo bloqueado en este proceso.

“Sé que estás mintiendo, y está bien”


Nadie dice toda la verdad y nada más que la verdad. Los recuerdos no son como una cámara de video que reproduce una historia con toda fidelidad. Tendemos a ver las cosas sólo desde un punto de vista (el nuestro) y las recordamos un poco diferentes cada vez. Al final, un paciente da una versión de cómo experimenta las cosas. Incluso a veces se puede omitir la verdad porque ciertos detalles parecen irrelevantes, vergonzosos o demasiado personales. En la mayoría de los casos el terapeuta no dice nada cuando sospecha que un paciente está rehuyendo algún tema, incluso inconscientemente. Decir en sesión que aquello que se cuenta puede no ser verdad puede intimidar a una persona, destruyendo la confianza en lugar de crearla. En lugar de esto, prefiere esperar y dar pie mediante desafíos a las contradicciones, para que en su momento, cuando esté más preparado, el consultante pueda dar una visión más honesta (y muchas veces más reveladora) del retrato de sí mismo.

jueves, 16 de julio de 2015

Niños con baja tolerancia a la frustración

La frustración es definida como la sensación de impotencia sufrida ante cualquier obstáculo que dificulta alcanzar una meta. La forma en que se percibe esta frustración es lo que va a determinar la manera de reaccionar ante ella. Hablamos de baja tolerancia cuando el niño no soporta que sus deseos no sean satisfechos inmediatamente y en consecuencia reacciona con ira, agresividad o retraimiento.
Niños con baja tolerancia a la frustración

 Un nivel moderado se considera necesario para la formación del carácter de cara a un desarrollo emocional saludable. A medida que crece debe aprender estrategias para manejar las dificultades y obstáculos que se le presentan; por ejemplo, ser capaz de esperar cuando se le requiera, de respetar los turnos en una fila o de sobreponerse cuando algo no sale como esperaba. Resulta fundamental ayudarle a comprender, además, que ciertas cosas están fuera de su alcance. 

En el proceso intervienen factores biológicos, de la personalidad y del entorno familiar, que influyen en la capacidad propia de cada uno. Por ejemplo, los niños impulsivos suelen requerir un esfuerzo mayor. 

Mucha gente piensa que se nace con la tolerancia a la frustración y que nada puede hacerse para obtenerla.  Este es un concepto mal entendido, ya que la habilidad para la tolerancia a la frustración puede ser desarrollada aumentando la exposición a situaciones frustrantes y entendiendo que uno puede soportarla y que no es “terrible” experimentar molestia.  Por ejemplo, cuando los bebés no son alimentados inmediatamente cuando lloran o cambiamos al momento que orinan, entonces aprenden que la gratificación no es siempre inmediata y como consecuencia a tolerar mayores retrasos entre deseo y gratificación del deseo.  Cuando un padre corre a darle al niño inmediatamente lo que demanda, está realmente interfiriendo con un proceso de aprendizaje muy importante que es aprender a retrasar la gratificación tolerando la frustración.

 En general, los niños con baja tolerancia a la frustración presentan:
    baja tolerancia a la frustración
  • Tienen dificultades para controlar las emociones.
  • Son más impulsivos e impacientes.
  • Buscan satisfacer sus necesidades de forma inmediata, por lo que, cuando deben enfrentarse a la espera o postergación de sus necesidades, pueden tener rabietas y llanto fácil.
  • Son exigentes.
  • Pueden desarrollar, con más facilidad que otros niños, cuadros de ansiedad o depresión ante conflictos o dificultades mayores.
  • Creen que todo gira a su alrededor y que lo merecen todo, por lo que sienten cualquier límite como injusto ya que va contra sus deseos. Les cuesta comprender por qué no se les da todo lo que quieren.
  • Tienen una baja capacidad de flexibilidad y adaptabilidad.
  • Manifiestan una tendencia a pensar de forma radical: algo es blanco o negro, no hay punto intermedio.

Estrategias de Intervención:

  • Enséñele a identificar el sentimiento de frustración cuando aparezca. “¿Mateo ya te diste cuenta que cuando algo no te gusta reaccionas tirando cosas?”

  • Indique al niño cuando debemos pedir ayuda y buscar sus propias soluciones: Debemos enseñarle al niño primero a buscar la solución. Decirle que cuando no sepa que más hacer frente a un problema pida ayuda. Por ejemplo si el niño está pintando y se frustra por que no le ha salido bien el dibujo intervenir adelantándose a que evite la frustración: “¿Qué podrías hacer en lugar de molestarte o abandonarlo?”

  • Permitir resolver los problemas por sí mismo: Muchos padres, con tal de no ver a su hijo llorar o enfadarse, terminan resolviéndolo por ellos. No haga por su hijo lo que él sea capaz de hacer solo.

  • Evitar al máximo la sobreprotección, puesto que genera en el niño un sentimiento de minusvalía que va afectar su nivel de autoestima. 

  • Entrenar la atención: Por medio de juegos o trabajos manuales, permita que su hijo practique con el foco atencional hasta que termine la actividad. Empiece con actividades cortas, e incremente gradualmente el tiempo necesario para concluir hasta que pueda terminar un proyecto de mayor duración.
  • Reforzar las acciones apropiadas: Tener establecido un sistema de premios y castigos es fundamental. Debe enfrentarse a las consecuencias de su conducta; por ejemplo, si ha tirado los juguetes, recogerlos y guardarlos otra vez.

  • Insistir en el cumplimiento de las tareas: Cuando quiera darse por vencido, anímele a proseguir.

  • Permitir que se equivoque: Es importante que no vea los errores como motivo para rendirse. La exigencia excesiva puede redundar en un perfeccionismo innecesario. Además, puede internalizar que el cariño de sus padres depende exclusivamente de su rendimiento.

  • Reconocer el esfuerzo: El producto final no tiene por qué ser tan importante como la disciplina de haber invertido tiempo y esfuerzo para terminarlo bien. Cuando valora su trabajo, ayuda a su hijo a construir hábitos de perseverancia y esfuerzo. La meta se alcanza mediante pequeños pasos, aprendizaje del que pueden beneficiarse.

  • Poner límites: Aportan seguridad, confianza y disciplina, además de ayudar al niño a autorregularse. Son marcos de referencia que facilitan la convivencia con los demás.

  • Estimular la creatividad para que se convierta en un elemento determinante para el afrontamiento de los problemas. 

lunes, 13 de julio de 2015

Qué sucede en la mente de la persona que se suicida

Las personas que intentan suicidarse suelen ser mal vistas y se les hace sentir avergonzadas. Las familias de los que mueren por suicidio suelen sentir una gran responsabilidad – la gran vergüenza del fracaso. No debiera haber vergüenza. El suicidio es el resultado de un grave trauma psíquico, no es fácil ni es elegido voluntariamente por los que lo intentan o lo realizan; tampoco es fácilmente previsto por amigos y familia.

Veamos  los factores subyacentes que contribuyen a que una persona pueda contemplar suicidarse.
Que sucede en la mente de la persona que se suicida

Factores clave detrás del riesgo de suicidio.

1.     Trastorno depresivo mayor.

El riesgo de suicidio de las personas con Trastorno Depresivo Mayor es de unas 20 veces el de la población general. Los individuos que tienen múltiples episodios de depresión tienen mayor riesgo de suicidio que aquellos que solo han tenido un episodio.

El suicidio puede ser consumado en un acto repentino y compulsivo o puede ser un evento cuidadosamente planeado. Generalmente ocurre durante un episodio depresivo o mixto, pero algunas personas con trastorno bipolar se matan accidentalmente o impulsivamente cuando están psicóticos y en su fase maníaca.

Es muy importante que la familia comprenda por lo que está pasando un familiar con depresión mayor. Las familias deben informarse acerca de los síntomas de la depresión mayor para poder comprender, tomar en consideración y posiblemente ayudar a su pariente enfermo.

La comunicación suele ser la clave. La siguiente lista de síntomas le alertará sobre el inicio de un episodio de depresión. De por sí, estos síntomas no indican un pensamiento suicida.

2.     Graves oscilaciones del ánimo.

Las personas con trastorno bipolar que experimentan graves oscilaciones del ánimo, que las pueden llevar desde una depresión a una manía y devuelta, tienen alto riesgo de suicidio. No sólo experimentan los síntomas de depresión descritos más arriba sino que también manía. Los síntomas descritos le alertarán sobre si están experimentando síntomas de depresión. Los síntomas descritos a continuación le alertarán frente a los síntomas de manía. Estos síntomas por sí solos no necesariamente indican riesgo de suicidio.

Síntomas característicos de manía, euforia desproporcionada.

Las personas también reportan los siguientes síntomas:
• Ánimo deprimido,
• Menos capacidad para tomar decisiones,
• Dolores y molestias físicas,
• Abatimiento,
• Falta de motivación,
• Tornarse retraído,
• Preocupación con pensamientos negativos,
• Auto culpa,
• Falta de credibilidad, de responsabilidad,
• Beber excesivamente,
• Pensamientos confusos,
• Inquietud, agitación,
• Ansiedad,
• Miedos y fobias irracionales.
• Cambio observable en el patrón del sueño,
• Cambio observable del apetito,
• Menor capacidad para experimentar placer, por ejemplo pérdida de interés y placer en cosas que antes le deleitaban,
• Sentimientos de falta de valía, desesperanza, vacío, impotencia, desamparo,
• Culpa y auto culpabilidad inapropiadas
• Problemas con el pensamiento, con la concentración y la atención,
• Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio,
• Pena y dolor abrumadores,
• Síntomas físicos, fatiga, pérdida de la libido.
• Irritabilidad inapropiada,
• Severo insomnio,
• Nociones de grandiosidad,
• Hablar demasiado,
• Pensamientos inconexos y acelerados,
• Aumento de la libido,
• Marcado aumento de la energía,
• Discernimiento pobre,
• Fácil distracción, no puede concentrarse bien,
• Juergas de gastos,
• Conducta social inapropiada,
• Ánimo eufórico,
• Conducta provocativa, impertinente, agresiva,
• Falta de conocimiento de su condición, falta de conciencia de enfermedad

3.     Presencia de síntomas psicóticos.

Voces de comando (Órdenes).

Que pasa en la mente de la persona que se suicidaMuchas personas con esquizofrenia o trastorno bipolar – y en algunos casos con depresión – escuchan voces. Estas voces pueden ser incómodas, desmoralizantes, amenazantes o dar órdenes. Por supuesto que no todas las personas con trastornos sicóticos escuchan estas voces de comando y la mayoría de estas personas no acata estas “órdenes”. Sin embargo, es posible que alguien muera de suicidio acatándolas.

Las voces son muy reales para las personas y no son como cualquier pensamiento que pasa por nuestras mentes, sino más bien como si alguien en la habitación te estuviera diciendo que hagas algo. Por ejemplo, las voces pueden decirles que se tiren de tal o cual puente, con lo que salvarán al mundo de la destrucción.

Estas voces son muy invasivas. Sin embargo suelen poderse controlar con medicamentos antipsicóticos.

Dificultades en el pensamiento y en la cognición.

Muchas personas no tienen conciencia de tener psicosis y no tienen idea que su cognición puede estar alterada. Esta falta de conciencia puede ser un factor protector contra el suicidio. Sin embargo, cuando disminuyen los síntomas sicóticos y la persona no está en fase aguda, puede que el suicidio actúe como un escape para una mente constantemente confundida y padeciendo el dolor psíquico que muchas personas describen.

4. Susceptibilidad familiar o antecedentes familiares.

Si otros miembros de la familia han intentado suicidarse previamente o lo han logrado, esta acción puede parecer una solución creíble a los problemas de la persona enferma.

Historia de impulsividad, agresividad y de correr riesgos.
También se ha asociado la impulsividad a la muerte por suicidio y es uno de los factores de riesgo más frecuentemente implicados en la adopción de conductas de inadaptación tales como causarse graves auto daños (Anestis, Selby, & Joiner, 2007). Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que aunque la gente que intenta suicidarse tiende a ser más impulsiva que los que no lo hacen, el acto mismo del suicidio no se realiza de forma impulsiva. A pesar de estos hallazgos, desgraciadamente sigue existiendo un fuerte concepto erróneo en relación a que la mayoría de los suicidios, particularmente en adolescentes, son de tipo impulsivo y realizados en el momento (e.g., Carey, 2008).

De acuerdo a otras investigaciones, la ideación suicida puede de hecho estar ligada a personas con características de personalidad impulsiva. Se habría encontrado una alta impulsividad en personas que han tenido intentos previos de suicidio. Sin embargo, es difícil saber si las personas actúan impulsivamente o si acaso han estado planeando un suicidio sin dar indicio aparente a alguno de sus amigos y familiares.

Sólo por el hecho de que su pariente haya actuado impulsivamente en otras áreas de su vida no significa necesariamente que vaya a actuar impulsivamente con respecto a intentar suicidarse. Pareciera que no existe evidencia definitiva de que el suicidio sea comúnmente resultado de la agresividad, de tomar riesgos o de la impulsividad.

Ansiedad intensa habitual.


Todos nos ponemos ansiosos de vez en cuando, especialmente ante la expectativa de nuevas experiencias, exámenes, conocer a gente nueva. No obstante, la ansiedad intensa habitual es una experiencia continua y exaltada de ansiedad que crea excesivo estrés en el individuo. Subirse a un bus es un desafío difícil. Caminar por una calle llena de gente puede ser igualmente estresante. Vivir la vida con ansiedad constante puede provocar ideas de suicidio. 

La ansiedad puede ser tratada con medicamentos que pueden ser de gran ayuda para los afectados. Por tanto es importante obtener tratamiento médico para ayudar a reducir estos síntomas acongojantes.